5 de julio de 2015

El hambre 3

En menos de 15 minutos apareció una furgoneta en mi puerta, James y dos desconocidos bajaron de ella. Entraron rápidamente y los dos desconocidos se pusieron a trabajar enseguida.
-¿Y que ha pasado?- dijo rompiendo el silencio.
-La muy imbécil era vegetariana y se negó a comer- me enfadé conmigo misma por tan mala elección.
-Jajajaja es increíble como resisten la tentación- hizo esa sonrisa que me ponía los pelos de punta- Es mejor matarlos directamente, si caen en la tentación se vuelven locos o sino terminan como la tuya. Esa gente no sirve ni para ganado.
Se fue riéndose al sótano.
- Por su estado se ve que llevabas tiempo intentando que funcionase- dijo analizando el cadáver.
En cuanto terminaron la limpieza se marcharon. Decidí seguir estando sola ya que mi primera elección fue un desastre.
A los pocos meses conocí a un hombre en un bar, era encantador. Me enamoré de él y aunque tenia miedo termine saliendo con el. Pasaron los meses he hicimos el amor, cuando me entraba hambre mordía la almohada para evitar morderle a él. La relación iba genial, evitaba horas en las que pudiese invitarme a comer e íbamos siempre a su casa para que no me descubriese mi alijo secreto del frigorífico. Sentía como si al fin hubiese conocido a mi alma gemela. Siempre comía antes de ir con el para evitar cualquier tentación.
Una noche quedamos en un bar, yo llegue diez minutos antes así que pedí una copa. El alcohol no nos afectaba y podíamos beberlo como si fuese agua. Él camarero hizo un movimiento extraño y vi burbujear algo en mi bebida pero no le di importancia ya que James me informó de que las drogas tampoco nos afectaban. Él apareció en cuanto me termine la copa, nos reímos de como los dos habíamos llegado antes y empezamos a contarnos como le había ido el día cuando empece a sentirme un poco rara.
-¿Por que no vamos a mi casa a pasarlo bien?- en cuanto lo dije me di cuenta de que algo estaba mal. Algo así no era propio de mi.
Para cuando llegamos a mi casa yo ya estaba afectada, parecía que me hubiesen tirado algo que si me afectaba en la bebida. Empezamos a besarnos nada mas entrar por la puerta, fuimos dejando las ropas por la escalera y nos tumbamos en la cama, mientras una de sus manos me provocaba un orgasmo la otra jugaba con mi pezón, cuando mi cuerpo temblaba de placer empece a sentir hambre, lo que me hubiesen echado en la bebido no me dejo controlarme y le mordí el cuello. Se desplomo sobre mi y perdí el sentido.
Cuando me desperté oí ruidos en la cocina, baje corriendo y le vi. Se estaba comiendo los órganos de mi frigorífico, el frigorífico abierto el suelo lleno de sangre y con tuppers vacíos desparramados por el.
-¡Oh mierda!- recordé todo lo que paso anoche- ¿Que he hecho? joder, joder, joder...
-Tenias que haberme echo esto antes- dijo con la boca llena de intestinos- es muy divertido comer- soltó una pequeña risotada.
Le pedí disculpas mil veces pero parecía no importarle. Intente educarlo como James había echo conmigo, pero no me hacia caso. Se escapaba por las noches y volvía lleno de sangre. Era obvio que ya no era el mismo. Pasaron las semanas y los asesinatos subieron por la zona. La prensa los catalogaba como ataques de animales salvajes, no podíamos seguir así. Un día decidí enfrentarme a el.
- Deja de escaparte, nos estas poniendo a todos en peligro- estaba muy enfadada.
- Que mas da si alguien se entera nos lo comemos y listo- sonrió de una manera sombría.
- Si no dejas de hacerlo tendré que tomar represalias- el parecía divertido con mi reacción.
-¿Y que vas ha hacer?¿matarme?- se echo a reír.
Él no sabía que podíamos morir ya que no había echo caso a ninguna de mis enseñanzas. Me empujó y caí al suelo, le dio igual que me hubiese partido la ceja y salio a cazar. Ya me había empujado otras veces desde que se transformo pero nunca había pasado de mi al ver que estaba herida. No sabia que hacer, no podía seguir así, aunque seguía enamorada de él era peligroso para todos y entonces me acordé de James. Saqué su tarjeta, marqué su teléfono y me armé de valor. Cogió al segundo tono.
- Hola, tengo un problema, ven rápido.
En cuanto lo dije colgó.

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