Te quiero. Aunque nunca te
lo dije, se que tu lo sabias.
Se que hiciste lo que
pudiste cuando era pequeña, para cuando te diste cuenta ya era mayor
y nos entendíamos mucho mejor. Siempre has sido mejor abuelo que
padre, me entristece mucho que mis posibles hijos nunca te tengan
como abuelo, que no estés el día de mi posible boda, que no me veas
independizarme, que no conozcas a mis gatos, que no fuésemos a
pescar una ultima vez, que no jugásemos una ultima partida, que no
pueda probar tu tortilla de patata y muchos otros platos una ultima
vez, que no podamos tomarnos un ultima copa y que no pudiese
despedirme.
Muchas veces repaso
mentalmente el día anterior a tu muerte cuando te acompañe al
medico y bromeamos con un paciente desconocido sobre que “mala
hierba nunca muere”, también repaso el día de tu muerte y doy
gracias a que no fui sola al mediodía porque no hubiese sabido que
hacer aunque me atormenta que estuvieses tanto tiempo solo, me enfado
con el impresentable de la funeraria por tener tan poco tacto de
estar exigiendo de manera repetitiva un asiento hasta que nos
enfadamos y mi novio dijo “puedes sentarte con el muerto” y yo “O
en el váter”.
Echo de menos cuando
jugábamos a videojuegos, escuchábamos música juntos, jugábamos a
cartas, jugábamos todos a juegos de mesa, te ayudaba por la granja,
te ayudaba a preparar los animales para comer, íbamos a pescar.
Aunque tu no pudiste
hacerte el tatuaje que querías yo me he hecho uno simbolizando te a
ti.
Odio tener que tirar cosas
tuyas para tener que hacer sitio en los armarios.
Espero que perdones que no
te quitase la cruz del pecho en tu funeral (cuando especificamos nada
de cosas religiosas) y que todavía no me haya sentido capaz de
esparcirte por el mar. Aunque seguramente nunca leas esto termino
como empiezo con un Te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario