El otro día estábamos en un bar pensando en que cenar cuando levanto la vista y lo veo, un hombre con gafas de sol y barba que se parecía muchísimo a mi padre cuando yo tenia 10 años. Me quedo paralizada, mi parte racional me grita que no es él, yo misma encontré su cadáver, pero mi parte emocional esta fascinada y cayendo por la madriguera. Una vez visto ya no podía dejar de mirarle, era como una agujero negro cuanto más miraba más triste y absorbida me sentía, ya estaba en su campo de atracción, seguí mirando más disimuladamente sin saber que hacer.
Estuve así hasta que se fue, cuando lo perdí de vista me sentí vacía y llena de tristeza, como si alguien hubiese abierto una vieja herida con un bulldozer.
Estuve así hasta que se fue, cuando lo perdí de vista me sentí vacía y llena de tristeza, como si alguien hubiese abierto una vieja herida con un bulldozer.