Ahí estaba yo, con unos tacones, un vestido rojo y con
una espada en mano frente a mi viejo instituto.
Atranque todas las salidas y entre. Recuerdos
horripilantes surgieron en mi cabeza, atranque las puertas de las
clases sin que se diesen cuenta y entre en una.
Vi a los niños riéndose mientras entraban, yo no les
conocía pero mi cerebro les puso otras caras y otras voces, la rabia
empezó a crecer dentro de mi, me acerque a la profesora y ella
pregunto:
-¿Que haces aquí?
Sin decir palabra le corte la cabeza, ahí estaba yo
cubierta de sangre y con una sonrisa en la cara. Mire a los niños,
estaban todos en shock, me daba igual, fui despedazan do a todos ya
que cada vez que les miraba me venían recuerdos de todo lo que me
había hecho cuando mire a uno de ellos, era él, aquel chico que abuso de mi. Con la sonrisa en la cara le corte un ojo, le grave el emblema de la escuela en el pecho, le corte la cabeza y seguí matando al resto. Solo quería deshacer me de los recuerdos, fui
cortándolos a todos hasta que solo quedaba una niña, mi viejo
instituto estaba lleno de sangre. Esa niña era igual a mi, lo veía
en sus ojos, para enterrar mi recuerdo decidí clavar le mi espada en
su pequeño corazón. Fui al gimnasio y me lave la piel ya que en el
vestido no se notaba limpie mis huellas de la espada y me fui. Cambie
de aspecto, cambie de ciudad y así pude empezar de nuevo.
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