Allí
estaba yo en mitad del bosque, escondida entre arbustos, deseando que
el asesino no me viera. Tenia miedo, el había matado a unas
cincuenta personas en la fiesta, por una mas no le pasaría nada,
estaba allí sentada cuando empece a oír unos sus acercándose sin
saber que hacer cogí una piedra cercana y me quede temblando en las
sombras, los pasos se acercaban mas y mas hasta que estuvieron a mi
lado, el no me veía y estaba distraído con el móvil era mi
oportunidad.
Hice acopio de valor, salte de entre las sombras, el escucho el ruido y se giro pero le golpee en la cabeza de todas formas ya que le pille desprevenido, seguí golpeando asta que sus sesos estuvieron esparcido por el suelo.
Me levante y observe la asquerosa escena, vi un cuchillo en las manos del cadáver. Era el y yo le había matado, estaba asustada me echarían la culpa, me cortarían la cabeza o me quemarían viva, cogí el cuchillo y me corte el cuello.
Eso es lo que paso después de que aquel asesino envenenase el vino y yo huyese, tuve suerte en que no me gustase el vino.
Aquí estoy ahora poseyendo a un cura para redactar mi testimonio y confesión, esperando que alguien lea esto y que dios perdone mi acto de cobardía.
Firmado.
Madame Mourchois
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