Primula Sandydowns y Berilac Trample of Woody End era dos hobbits que discutían sobre el libro escrito por Bilbo y Frodo, a Berilac le parecía irreal que un hobbit se convirtiera en una cosa como Gollum por una joya y que ademas dijera que era su tesoro. Se pasaron el día discutiendo asta que Berilac tuvo que irse. Primula llego a su dulce hogar pensando"¿Y si Berilac tiene razón y es todo fantasía?" siguió pensando sobre ello toda la noche. Se despertó con la luz del alba, tenia una extraña sensación como si algo le atrajera a viajar asta algún castillo para descubrir la verdad, aquella sensación le izo preparar su mochila, se puso unos pantalones de cuero, una camisa calentita y dejo que su largo cabello se posara sobre sus hombros. Con todo listo para marcharse bajo al centro para comprarse un pony y provisiones muchas provisiones. Iba a ser un largo camino pero ella estaba preparada cuando estaba apunto de marcharse se acordó de Belirac y que debería decirle adiós, así que se dirigió a cu casa para despedirse. El estaba en el jardín fumando de su pipa.
-Buenos días Belirac, quería decirte que me marcho- dijo misteriosamente.
-¿Como que te marchas?¿Por qué? ¿A donde? ¿Ahora?- pregunto confundido.
-Voy a Minas Tirith, a descubrir si las historias son ciertas- dijo convencida.
-Voy contigo- dijo el intentando parecer valiente.
-No tengo tiempo para esperarte- dijo pensando en que quería volver rápido y el le retrasaría.
- Por favor espérame en el Pony Pisador quiero acompañarte y oírlo con mis propias orejas- dijo queriendo convencerla.
-Vale- no le hacia gracia pero así el no se cuestionaría la verdad.
Ella se puso rumbo a Bree, por el camino no vio nada extraño aunque hubiera deseado encontrarse con elfos. Cando llego a Bree no tuvo que esperar mucho, Belirac vino enseguida. Se pusieron en marcha hacia Isengard.
Una noche tuvieron que dormir en un bosque, Primula se despertó por un cosquilleo en la cara, cuando consiguió abrir los ojos allí la vio una araña paseando pos su cara, chillo mientras se daba tortas en la cara para ahuyentar o matar a aquel asqueroso insecto, Belirac se despertó con el corazón en un puño e intentando alcanzar su daga asta que se dio cuenta de lo ocurrido y empezó a reírse, se volvieron a dormir enseguida y a la mañana siguiente siguieron su camino.
Unas cuantas noches mas tarde estaban apunto de llegar a Isengard cuando tenían que pasar por un puente muy inestable, Primula sabia en el profundo de su corazón que no podrían pasar los dos a la vez, decidieron pasar uno a uno y dormir en el otro lado del puente. En la oscuridad Belirac escucho un ruido, cogió su daga y espero, una voz salio de la oscuridad " Rica carne de hobbits para cenar" era una voz de goblin, el goblin se acerco asta Primula para olisquearla cuando Belirac se levanto con su daga en mano y le atravesó la garganta, el gonblin no pudo hacer nada excepto manchar a la pobre Primula con su sangre, ella se despertó aturdida y manchada con sangre negra miro a su alrededor y allí estaba Belirac de pie con la daga manchada y el goblin yaciendo a sus pies, a la mañana siguiente llegaron a Isengard y se asearon en el río. De allí partieron hacia Minas Tirith el viaje fue largo pero sin ningún otro incidente.
Incluso cuando entraron por la puerta la gente les miraba raro y susurraban, ellos paseaban tranquilamente asta que un soldado con su preciosa armadura les detuvo.
-Medianos debéis acompañarme el rey quiere veros- dijo con cara completamente seria.
Ellos se asustaron pero siguieron al soldado asta la puerta, allí desmontaron y entraron solos, era una sala muy luminosa los dos hobbits miraban a su alrededor sorprendidos asta que le vieron allí estaba el rey con su reina, la reina era elfa eso confirmo que era real.
-Queridos hobbits, ¿que os ha hecho alejaros tanto de vuestro hogar?- Dijo Aragorn.
-Queríamos saber si el libro escrito por Bilbo y Frodo era cierto- dijo Primula feliz.
-Como podéis yo soy Aragonr hijo de Arathorn y ella es Arwen hija de Elrond, Todo es cierto, la guerra, la rivalidad con el señor oscuro, que a Frodo le salvaran la águilas...
Primula le pidió que el mismo le contara su historia, muchas horas mas tarde salieron de allí completamente extasiados se sentían como si pudieran volar de la felicidad, felizmente se montaron en el pony e hicieron el camino a casa.
Le contaron a todo el mundo que habían visto y que les habían contado, aunque nadie les creyera ellos sabían la verdad y era lo que les importaba.