15 de abril de 2018

Mestiza


Cuando era pequeña vivíamos en una granja en la frontera del bosque ya que mi padre era humano y mi madre una elfa. La familia de mi madre siempre me rechazo por mi mitad humana. En cuanto tuve la edad suficiente me mandaron a estudiar a la torre de magia.

Estuve muchos años estudiando en las mazmorras, donde ninguno de los magos se esforzaba por enseñarnos y nos echaban la culpa por no saber. Mis compañeros aprendices siempre me trataron correctamente, hice amigos e incluso me enamoré de uno de los aprendices. Nuestros sentimientos eran puros e inocentes mientras duraron.

Cuando empece no podía controlar la magia correctamente, los magos no creían que fuese cierto así que me gritaban y obligaban a seguir haciendo el mismo conjuro hasta que se me acabase el maná. Lo único que conseguía con eso era una terrible sensación de frustración, de fracaso y dejarme peligrosamente sin maná. Todo eso hizo que me sintiese muy sola, abandonada, estúpida, incomprendida e hizo que odiase lanzar hechizos y mucho más si era con público. Incluso volvieron a mi madre en mi contra durante meses hasta que vio que no mentía y allí empezó su batalla para conseguirme una ayuda útil y real que le costo varios años conseguir.

Día si y día también sufría la ira de los magos, pero sobretodo de la maga Agápë a la que le gustaba castigar a los aprendices con hechizos prohibidos si algo no salia como ella quería. Un día volví a casa con la marca del hechizo en la cara, mi padre se enfado tanto al verlo que fue directo a la torre a pedir explicaciones. El archimago negaba la posibilidad de algo así ocurriese bajo su techo y le mandó a que arreglase sus diferencias con Agápë, aunque ella seguía negando que eso pasase mi padre la amenazo para que parase.

El verano en el que nos iban a sacar de las mazmorras fui a jugar con mi vecino que estudiaba conmigo en la torre, jugábamos al aire libre cuando él intento propasarse. Yo me negué, el insistió, así que le di un rodillazo en los huevos, le empujé al suelo y huí. Huí hacia su casa ya que con su madre allí presente sabia que no volvería a intentar nada. Me despedí de ella y corrí hacia casa sabiendo que no me seguiría pero con miedo en mi interior. En cuanto llegué a casa el miedo desapareció y borré aquel recuerdo de mi vida. No volví a pensar en ello y no volví a verlo a él hasta muchos años más tarde.

Cuando me sacaron de la mazmorra me pusieron bajo la tutela de la maga Spinna, no conocía a ninguno de sus aprendices y eso me aterrorizaba, así que empecé clases de espada para poder defenderme. Mis temores resultaron ser acertados ya que la mayoría eran unos sádicos que disfrutaban con el sufrimiento ajeno, pero de entre toda esa chusma encontré a gente que parecía merecer la pena. Aunque Spinna entendía mi problema con la magia no veía la naturaleza de sus aprendices e intento explicarles que tenia un caso común de Poderpo (había tanto poder en mi que lo hacia difícil de controlar) para que fuesen mas amables conmigo pero consiguió justo lo contrario, me trataron como a una apestada el resto del año.

Mientras lo años pasaban fuimos cambiando de magos y la crueldad de los aprendices aumentaba. Nuestro tormento empezó con risas en el pasillo. Todos los magos hacían oídos sordos ya que solo eran cosas de aprendices. Nosotros intentábamos ser fuertes y no hacerles caso pero como el mar que choca siempre con la misma roca nos iba afectando poquito a poco. Fue algo que al final me sumió en una gran tristeza. En mitad de todo aquello mis padres se separaron y yo descubrí la belleza de los hechizos. Fue una época bastante oscura y dolorosa para mí.

Mi último mes en la torre empecé a salir con un humano que se llamaba Yaü, lo conocí cuando me sacaron de la mazmorra pero en aquel entonces no le había echo mucho caso. Al principio era atento y cariñoso, pero lentamente empezó a cambiar.

Cuando terminé mis estudios en la torre decidí estudiar runas donde me hice amiga de Fier, una de las aprendices. La casa del Mago que lo enseñaba estaba justo al lado de la academia de caballeros, allí vi por Primera vez a Mija'ael mitad humano mitad orco con su brillante armadura y larga cabellera, no fui a la única a la que impresionó. Mientras viajaba por los cristales de comunicación le encontré y empezamos ha hablar, Fier también quiso conocerle pero su relación con él no la satisfacía, ella quería más. Como yo ya tenía pareja intente conocerlo como amigo pero la química era innegable cosa que enfurecía a Yaü y le hizo caer en espiral. Se volvió más posesivo, controlador e inseguro y yo no estaba dispuesta a soportar a nadie que me tratase de esa manera. Intenté cortar con él pero suplicó entre lágrimas que me lo pensase unos días y que le dijese la respuesta, la decisión ya estaba tomada pero acepte para que el pudiese asumir lo inevitable. Después de la ruptura no tardé mucho en caer en a los brazos de Mija'ael cosa que enfureció a Fier y puso al resto de mis amigos en contra de Mija'ael. Entre Fier mintiendo y Yaü queriendo volver mis amigos intentaron hacerme una encerrona que les salio mal, eso me hizo darme cuenta que quizás no eran tan buenos amigos si creían a alguien que no conocían casi antes que a mí.

El día que le presente Mija'ael a mi padre le cayo estupendamente ya que nunca le había gustado Yaü. Le ofreció fumar de su pipa, pero Mija'ael se negó creyendo que así causaría una mejor impresión, al ver que no era así acepto rápidamente.

Cuando terminé de estudiar quise que alguien me contratase pero no encontraba a nadie dispuesto a pagar a una maga Novata. Mija'ael tampoco consiguió ser parte de la orden de los caballeros ya que si no tenias un pariente en el era casi imposible entrar, así que empezó a ayudar a su padre con la tienda que acababa de adquirir. Aquello empezó a sumirme en la oscuridad, justo cuando menos me lo esperaba mi padre murió. Me sentí como si estuviese encerrada en un pozo, como si el agua empezase a subir y alguien hubiese puesto una reja en la salida. En esa semana descubrí que amigos merecían la pena y cuales no, en los meses siguientes también descubrí que la sangre no lo era todo.
Un día mientras iba al mercado me encontré a un pequeño Nekomata, me enamore de él en cuanto lo ví y me lo llevé a casa. El empezó a curarme lentamente y dándome un propósito para existir. A los dos años un Cait Sídhe entró en nuestras vidas completando nuestra pequeña familia.
Al tiempo empecé a trabajar en una fábrica de pociones del amor y aunque no pagaban mucho oro eso nos acercaba más a la posibilidad de correr aventuras por el mundo.

2 de abril de 2018

Negligencia


La fachada de la asociación de animales con la que estaba ayudando era siempre muy adorable por facebook, pero la realidad me parece mucho mas gris que del rosa que tratan de pintarlo todo.

La chica que me enseñaba la ruta me aviso desde el primer día de que allí no había gente normal, todos los que se terminaban quedando eran unas extremistas que hacían callar al resto o conseguían que la gente se marchasen. Al principio pensé que estaba exagerando pero al cabo de un tiempo me di cuenta de que era verdad.

Una asociación con permiso del ayuntamiento que da charlas para concienciar por la radio haciendo cosas que a mi me parecían dudosas. Fomentando la adopción. Pensareis que hay de malo con eso, no fomentan la adopción responsable, intentan encasquetar gatos a gente que creen apta sin hacer entender a esa gente que son animales y no estatuas que puedes colocar por casa y mirar cuando les apetezca e intentando disimular los defectos de cada animal y así es como muchas veces esos pobres animales que han sido adoptados por gente “apta” y terminan volviendo mucho peor que cuando se les rescató.

Y ese no era el único problema. Cuando rescatan a gatos los ponen en cuarentena hasta que pasen una inspección. El problema: las jaulas de los gatos en cuarentena están en el mismo sitio que los gatos sanos o no contagiosos. Tres filas de jaulas colocadas desde el suelo con una puta escalera para subir por encima o asomarse a las jaulas. Y así es como algunas enfermedades se propagaron entre los gatos acabando con algunos de ellos, bueno eso y que creen que los gatos tienen catarro.
El catarro en los gatos no existe, ellos siguen perdiendo gatos que solo tienen “catarro” hasta que cuando se mueren descubren que tenían otra cosa. Gastando el dinero en llevar algunos gatos de manera completamente innecesaria al veterinario en ved de llevar a los que tenían “catarro”. Y pensareis ¿Por que no dijiste nada? Muy sencillo, lo hice pero no querían escuchar ya que como llevaban muchos años haciendo lo que hacían sabían mas que mi veterinaria. Y así es como no reconocen enfermedades mortales que están delante de sus narices.

Rescatando a gatos que estaban de maravilla en la calle por capricho o rescatando a más de los que se podían permitir ya sea por dinero o espacio. Obligando a todos a darles jamón a los gatos, por si no lo sabéis darle jamón a un gato es malo por la elevada cantidad de sal, sobre todo todos los días, les puede provocar problemas de corazón. Yo les avisé y su excusa fue que siempre se les había dado y que les gustaba. Y no es que les diesen solo un poquito.

Y lo peor de todo prolongando la vida mas de la cuenta a los gatos haciéndolos sufrir. El ultimo caso fue un pobre gato callejero que perdió mucho peso, como estaba preocupada les dije de llevarlo al veterinario pero como sabían más que nadie no lo hicieron hasta que se le veía fatal un mes después, resulta que tenían un problema de corazón (puede que por darle jamón toda la vida y la razón obvia de su delgadez), así que se le empezó a dar una pastilla mientras seguía en la calle, al principio mejoró pero luego volvió a empeorar y esta vez estaba mucho peor.
En vez de llevarlo a sacrificar querían esperar un poquito más por si mejoraba y gracias a eso una señora subió al gato a su casa y lo tuvo dos semanas sufriendo hasta que murió.

Ese no es el único caso de negligencia pero sin duda fue el que colmo el baso junto con uno que tenia cáncer y ni siquiera se dieron cuenta hasta que murió.

Espero de todo corazón que el resto de asociaciones no sean como esa, ya que no se si las vidas que salvan compensan a las que hacen sufrir o mueren por sus negligencias.


26 de marzo de 2018

Bajo un paraguas.



Subí las escaleras esperando encontrarle, al principio no estaba allí.
Le llamé un par de veces y apareció con la cola levantada queriendo cariño, le di un poco de comida que había llevado y me senté en el banco. Subió de un salto al banco y mientras le acariciaba se subió a mis piernas. Cuando tuvo suficiente cariño se tumbó para descansar cómodamente.
Mientras estaba tumbado empezó a llover, saqué un paraguas, del susto bajó al suelo. Al ver que era inofensivo volvió a acurrucarse en su sitio.
Y allí nos quedamos disfrutando del calor del uno del otro mientras escuchábamos la lluvia contra mi paraguas y la veíamos caer contra el suelo, de vez en cuando miraba su pequeña nariz anaranjada y su pelaje atigrado y notaba como todo problema se iba con la lluvia. Nos quedamos los dos quietos esperando que amainase o que alguno de los dos se tuviese que marchar.

5 de agosto de 2017

El peso de "idiota"

Desde que empece a ir al colegio me etiquetaron como vaga e idiota por vagancia de las propias profesoras y la ceguera que hizo que no viesen a una pobre niña con un problema que necesitaba ayuda.

Al parecer que una niña que su cara natural era una seria, que se ponía roja como un tomate al hablar delante de toda la clase, que tenia problemas al leer y escribir, que no podía diferenciar izquierda de derecha, que no podía decir bien el abecedario solo era vagancia y estupidez aunque su madre insistiese en que creía que era dislexia y le decían que solo lo hacia para ser graciosa (¿Yo hacerme la graciosa delante de la clase? me parece mas apetecible que me corten un brazo).

Así que siguieron etiquetandome de esa manera hasta que en 6 mi madre se canso y les dijo que había antecedentes familiares y entonces empezaron a mover el culo pero quitándole hierro al asunto para no darle importancia ni la razón ya que llevaban ignorándome ya 5 años.

Se les daba muy bien ignorar cosas como por ejemplo:  la profesora que nos dio 3 y 4 nos agredía, no es que nos pegase palizas, nos tiraba del moflete (que suena a poco). Una vez me lo hizo tan fuerte que varias horas mas tarde cuando llegue a casa mis padres vieron la marca y fueron directos ha hablar con el director ¿y que les dijo? " eso tenéis que solucionarlo con la profesora" así que mi padre fue y amenazo a la profesora con mandarla al hospital. Al fin me dejo en paz pero no al resto, a una compañera le tiro tan fuerte del pelo que le arranco un mechón.

Aunque me sentía un poco mas a salvo seguía teniendo miedo, alguien que debía protegerme y formarme no solo no se conformo con colgarme una horrible etiqueta si no que también me agredió y no nos dejaba salir al recreo. Y a ella no le paso absolutamente nada.

 Ni una sola de mis profesoras me ayudo con la dislexia ni antes ni después de diagnosticarmela ya que la etiqueta seguía allí y al parecer no valía su tiempo.

Me destrozaron la autoestima, hace poco me hicieron un test de inteligencia y al parecer estoy por encima de la media. Yo me sigo sintiendo estúpida ya que es lo que me han echo creer todo este tiempo, repitiendomelo cada vez que me entregaban un examen o un trabajo ya que era un vaga que no se merecía su tiempo.

Aunque he de decir que no todo el merito de destrozarme la autoestima es de ellas también es del bulling que dejaron que nos hiciesen durante toda la ESO ya que eran cosas de niños (al parecer todo es cosa de niños hasta que uno se mata). Hoy me he enterado que la  madre de una amiga fue a quejarse por que se metían con nosotras y que siempre le respondían que era por que mi amiga era lesbiana (nunca lo dijo en el colegio), se ve que a ojos de esos imbéciles el echo de que ella fuese lesbiana hacia aceptable que nos acosaran. Bueno a decir verdad el profesor de gimnasia intento solucionarlo el ultimo semestre del ultimo curso, como si fuésemos a perdonar que nos hubiesen hecho de la ESO un infierno.

No es que no estuviesen preparados para alguien con dislexia ya que tenia un logopeda especializado al que mandaban a otros alumnos, simplemente decidieron ignorarme para ver si desaparecía. Lo curioso es que todo esto lo hizo una de los mejores colegios de la zona, mis padre trabajaron muy duro para poder pagármelo y nos hicieron esto.

Vieron a una niña que solo necesitaba su ayuda y decidieron ponerle una piedra para hundirla.

26 de marzo de 2017

Existencia

Mientras el mundo se derrumba yo sigo aquí intentando mantener la cordura en esta caos al que llaman vida.
Intentando sostener los cimientos de mi vida para que todo se hunda en la brea de todas formas.
Viendo impotente como nada obtiene resultado.
Viento como la vida misma se ríe a carcajadas de mi situación.
Con un leve confort al sentir el calor de la hoguera que esta predestinada a apagarse.
Con un temor en el corazón al ver la tormenta acercarse.
Pero aun y todo allí quieta intentando sostener los cimientos.
Pero como todos luchando contra lo inevitable e invencible.
Para terminar como todos, sola, mojada, fría y con miedo.
Para morir en la oscuridad.

26 de febrero de 2017

b) Cuando el sol desaparece somos comida de monstruos.

Hoy había sido un día estresante para Jack. Las señoras le estaban juzgando por sus tatuajes más que nunca, puede que le despidiesen del trabajo por que suponían que era un neonazi solo por tener el pelo rapado y tener algunos tatuajes.  Aunque sus maravillosa mujer y sus dos hijas eran un bálsamo del alma para él, le gustaba desahogarse corriendo después de leer el cuento de dormir a las niñas, le gustaba salir a esa hora ya que no solía haber nadie que pudiese juzgarlo.

Esa noche salio a correr esperando desahogarse cuando alcanzo a una pelirroja que puso cara de terror nada mas verlo y pensó" genial otra prejuiciosa para arruinarme el día, voy a correr por mi recorrido de siempre mientras rezo para que ella no vaya por el mismo lado". Mientras entraba en el parque vio como ella se iba volviendo más y más nerviosa hasta que se paró mirándole directamente, sin inmutarse la paso de largo sin mirar atrás y sintiéndose aliviado de no tener que soportar su mirada . A los dos minutos escucho ruidos raros por su espalda, sin hacerle mucho caso siguió corriendo hasta que vio una sombra corriendo entre los arboles que parecía acercarse.

El miedo le recorrió el cuerpo y corrió mas rápido que nunca a casa. Justo cuando cerraba la puerta de la casa vio una especie de mujerlobo mirándole hambrienta mientras corría hacía él, al cerrar la puerta escucho y noto un golpe. Había sido un milagro que esa cosa no le hubiese alcanzado. Pensando que estaba a salvo fue a la cocina a prepararse una tila cuando escucho un cristal rompiéndose y a las niñas gritar. Corrió escaleras arriba pero ya era muy tarde, la puerta estaba abierta con un zarpazo sobre ella, el cristal estaba desparramado, había sangre hasta en el techo y las niñas estaban esparcidas por todas partes. Mientras contemplaba esa horrible escena sin poder creerse que hubiesen podido crear tal escena en tan poco tiempo escucho otro grito proveniente de su cuarto, se giro para ver los ojos amarillos de la muerte dirigiéndose hacia él y sus últimos pensamientos fueron para su amada esposa e hijas.

17 de febrero de 2017

Cuando el sol desaparece somos comida de monstruos.

Mary salio a correr por la noche como todos los viernes. Hacía mucho que no salía sin sus amigas por lo que estaba bastante nerviosa, cada sonido y cada sombra parecían un monstruo en su mente.
Corría intentando convencerse de que todo estaba dentro de su cabeza cuando escucho una rama romperse a su espalada. Cuando miro hacia atrás vio un hombre con el pelo rapado, lleno de tatuajes y vestido de negro correr detrás de ella. En su cabeza empezaron a brotar frases" Y si es un ladrón, y si es un asesino, y si es un violador, y si es de una banda...", con el cuerpo lleno de ansiedad empezó a correr mas rápido. Pero él seguía a su espalda.
 Intentando librarse de él se metió por un parque, pero él seguía justo detrás de ella. Volvió a intentar despistarlo pero no funciono. Llena de ansiedad, sus llaves en la mano  y un valor inesperado decidió parase de golpe y enfrentarse a él. Para su sorpresa el hombre paso de largo sin ni siquiera mirarla. Era obvio que el solo había salido a correr.
Un gran alivio empezó a invadirla junto con pensamientos como "que tonta he sido, soy una paranoica, he sido una prejuicios..." justo cuando escuchó una ramita rompiéndose en los arbustos de al lado, empezó a reírse de manera nerviosa por volver a preocuparse por nada cuando una piedra rompió la farola que alumbraba la zona. Su corazón latía mas rápido que nunca, un escalofrió recorrió su espalada, sus ojos llorosos empezaban a ajustarse a la luz cuando escucho un gruñido viniendo de los mismos arbustos, contuvo la respiración hasta que sus ojos se acostumbraron del todo a la iluminación. Lo ultimo que vio fueron unos ojos amarillos, dientes afilados y muchos pelo abalanzándose sobre ella y comiéndose su cara. Cuando el hombre lobo termino de comérsela la arrastro a una zanja y la enterró con intención de terminársela mas adelante.

14 de febrero de 2017

Una Carta de una hija a su padre

Te quiero. Aunque nunca te lo dije, se que tu lo sabias.
Se que hiciste lo que pudiste cuando era pequeña, para cuando te diste cuenta ya era mayor y nos entendíamos mucho mejor. Siempre has sido mejor abuelo que padre, me entristece mucho que mis posibles hijos nunca te tengan como abuelo, que no estés el día de mi posible boda, que no me veas independizarme, que no conozcas a mis gatos, que no fuésemos a pescar una ultima vez, que no jugásemos una ultima partida, que no pueda probar tu tortilla de patata y muchos otros platos una ultima vez, que no podamos tomarnos un ultima copa y que no pudiese despedirme.

Muchas veces repaso mentalmente el día anterior a tu muerte cuando te acompañe al medico y bromeamos con un paciente desconocido sobre que “mala hierba nunca muere”, también repaso el día de tu muerte y doy gracias a que no fui sola al mediodía porque no hubiese sabido que hacer aunque me atormenta que estuvieses tanto tiempo solo, me enfado con el impresentable de la funeraria por tener tan poco tacto de estar exigiendo de manera repetitiva un asiento hasta que nos enfadamos y mi novio dijo “puedes sentarte con el muerto” y yo “O en el váter”.

Echo de menos cuando jugábamos a videojuegos, escuchábamos música juntos, jugábamos a cartas, jugábamos todos a juegos de mesa, te ayudaba por la granja, te ayudaba a preparar los animales para comer, íbamos a pescar.
Aunque tu no pudiste hacerte el tatuaje que querías yo me he hecho uno simbolizando te a ti.
Odio tener que tirar cosas tuyas para tener que hacer sitio en los armarios.
Espero que perdones que no te quitase la cruz del pecho en tu funeral (cuando especificamos nada de cosas religiosas) y que todavía no me haya sentido capaz de esparcirte por el mar. Aunque seguramente nunca leas esto termino como empiezo con un Te quiero.

13 de enero de 2016

Debajo de la cama.

Había sido una semana muy ocupada en el que no había tenido tiempo de llorar a mi gato. Paseaba de vuelta a casa por el parque de siempre, sentía la luz de la luna sobre mi piel cuando me dio un escalofrío. Me sentía observada. Acelere el paso rezando para que nadie me atracase.
Para cuando llegue a casa me parecía una tontería la forma en la que me había puesto solo por imaginarme que me observaban. Cené tranquilamente, me tomé un vinito mientras veía la televisión.
Estaba lavándome los dientes antes de dormir cuando volvía a sentir que me observaban, gire la cabeza para mirar la oscuridad que debía de haber en el pasillo desde la puesta entre abierta y vi unos ojos amarillos. Pensé que era el gato así que seguí lavándome los dientes hasta que me acorde de que mi gato llevaba mas de una semana muerto, gire rápidamente la cabeza para encontrarme solo el pasillo a oscuras.
-¡Joder con el vinito! ahora hasta me imagino cosas- me dije a mi misma intentando tranquilizarme.
Debía de estar loca, primero imaginé que me observaban y después veía unos ojos. Estaba pensando en lo raro que se había vuelto el día cuando me senté en la cama y me dije.
-Ya vale de tonterías que mañana trabajas temprano- aunque lo dijese en alto seguía sin quitarme esa extraña sensación.
Justo cuando iba a meterme en la cama note que me agarraba la pierna una mano huesuda. Respire hondo para intentar tranquilizarme y la mano tiro. Intente agarrarme a algo mientras gritaba pero la mano era mas fuerte, ya me había metido debajo de la cama y mi parte inferior ya estaba dentro de un agujero que no recordaba tener, cuando oí como el vecino se quejaba y daba golpes en la pared para que me callase. Fue lo ultimo que oí ya que de un tirón me metió dentro de su mundo y no volví a salir jamas. Allí solo me esperaba dolor y miedo para el resto de la eternidad.

4 de enero de 2016

El Hambre 7

Me dolió muchísimo cuando me golpeó con el mazo. Tuve que estar un rato regenerándome ya que cuando abrí los ojos estaba maniatada en mi propio sótano. La busqué a mi alrededor y la encontré sentada en las escaleras manchada con mi sangre, sonriéndome.
-Buenos días bella durmiente- en cuanto lo dijo sus ojos se nublaron- te dije que él es mio- cogió el mazo que estaba a mi lado- nos lo vamos a pasar muy bien con esto de tu regeneración- se rió de manera macabra- echaba de menos hacer esto- me destrozó la rodilla con el mazo, mientras yo gritaba ella siguió con su monologo- James no me deja salir a jugar así que este será nuestro pequeño secreto- me destrozó la otra rodilla- nunca se enterará de que las mujeres que se comía mi padre se los entregaba yo cuando todavía era humana- dejó el mazo a un lado- llevaba tanto tiempo alimentándolo sin que se diese cuenta- se sentó en el suelo delante de mi- el muy imbécil me mordió justo cuando fui a comprobar si se comía la ultima.
La regeneración dolía, quería matarla por lo que me había echo. Esperó a que mis rodillas estuviesen regeneradas para volver a romperlas. Hurgaba en las heridas y se reía de mi dolor. También pintarrajeó con sangre en el suelo su amor por él. 
-Cuando James te encuentre te matará- le grite distraiéndola de su arte.
-James siempre creerá que soy un angelito, creo que debería volver antes de que descubra mi ausencia- Volvió a coger el mazo- pero esto es tan divertido ¿Crees que deberíamos hacer otras cosas también? seguro que tienes cosas divertidas por casa.
Justo cuando se acercaba a mi alguien llamó a la puerta, antes de que pudiese reaccionar me dio un mazazo en la boca. Saber que me seguiría doliendo de esta manera hasta que me regenerase era horrible. Después de destrozarme Anne se quedó en silencio a mi lado. Tocaron varias veces la puerta, cuando nadie acudió se escucharon paso entrando en casa y la voz de mi salvador.
-¡Debora! ¡¿Debora donde estas?! ¡Me estas preocupando!- la voz de James sonaba tan preocupada
-No hagas ningún ruido- susurro Annie.
Oí como James corría hacia la puerta del sótano y bajaba a nuestro encuentro.
-He olido la sangre- James miro furioso a Annie-¿Qué has hecho? 
-Me ha obligado James- se echó a llorar soltando el mazo- tienes que creerme, quería secuestrarnos y torturarnos.
Intenté hablar pero no estaba lo suficientemente regenerada como para hacerlo.
-No te atrevas a mentirme- Sus ojos echaban chispas- si esa fuese la verdad no estarías torturándola.
-Intentaba conseguir pruebas para que me creyeses-dijo sollozando
- Tu has visto lo que le has echo- dijo mirándome por primera vez desde que había llegado- lo siento, tenia que haber llegado antes- su mirada se enterneció, parecía estar apunto de llorar.
- Supongo que ya es tarde- esta vez Annie ya no fingía llorar ni ser una buena chica.
Levantó el mazo queriendo golpear a James pero antes de que se diese cuenta él le rompió los brazos, golpeó con tanta fuerza su vientre que pudo meter la mano por dentro y así arrancar su corazón. Lo tiró al suelo con rabia y se acerco a mi.
-Lo siento tanto- dijo mientras me desataba- no creí que estuviese tan loca.
Me llevo en brazos al baño y me lavo, cuando pude hablar le conté todo lo que me había dicho. El siguió disculpándose. 
-Es culpa mía, antes de que desapareciese le hablé de ti- me acarició la cara- de que yo te transforme. 
-No te culpes.
Antes de que me diese cuenta me beso. Fue un beso apasionado que me dejo en blanco.
-Debería irme- dijo nervioso mientras sacaba el teléfono de su bolsillo.
En cuanto llamó a los de la recogida se fue.